La nueva tecnología de YouTube permitirá eliminar vídeos que usen tu rostro o voz generados por inteligencia artificial

YouTube ha comenzado a desplegar oficialmente su nueva tecnología de detección de imitaciones generadas por inteligencia artificial, una herramienta que permitirá a los creadores solicitar la eliminación de vídeos que utilicen su imagen o su voz sin consentimiento. El anuncio marca el inicio de una nueva fase en la estrategia de la plataforma para combatir los abusos de la IA generativa, un fenómeno que en los últimos meses ha afectado a músicos, actores, influencers y periodistas por igual.

Según confirmó un portavoz de la compañía, la función ya está disponible para los creadores inscritos en el Programa para Partners de YouTube, quienes recibieron notificaciones por correo electrónico el mismo martes. Esta primera oleada forma parte de un despliegue gradual que se ampliará a más usuarios en los próximos meses, con el objetivo de crear un estándar de protección frente a las falsificaciones digitales.

La herramienta combina detección automatizada y verificación manual para identificar vídeos en los que aparece el rostro o la voz de un creador sin autorización, incluso cuando la imitación haya sido generada por modelos de inteligencia artificial. El propósito es impedir el uso indebido de la imagen personal con fines comerciales, políticos o de desinformación, una práctica cada vez más común en redes sociales.

Entre los casos recientes que motivaron la medida figura el del youtuber Jeff Geerling, cuya voz fue clonada por IA y utilizada por la empresa Elecrow para promocionar sus productos sin permiso. Situaciones como esta han impulsado a YouTube a desarrollar mecanismos que devuelvan a los creadores el control sobre su identidad digital.

Cómo funciona la detección de imitaciones
A través del canal oficial Creator Insider, YouTube explicó el proceso que deben seguir los creadores para activar la herramienta. El primer paso consiste en acceder a la nueva pestaña “Likeness” (parecido) dentro de su panel de control. Allí, el usuario deberá autorizar el procesamiento de sus datos biométricos, escanear un código QR y completar una verificación de identidad mediante un documento oficial y un breve vídeo selfie grabado con el teléfono móvil.

Una vez verificada la identidad, YouTube comenzará a rastrear automáticamente los vídeos en los que aparezca la imagen o la voz del creador. Desde el panel de control, los usuarios podrán revisar los resultados y decidir qué hacer con cada coincidencia: solicitar la eliminación por motivos de privacidad, iniciar un proceso de copyright o archivar el contenido si consideran que no hay infracción.

La compañía aclara que la participación es voluntaria. Los creadores pueden desactivar la función en cualquier momento, y el sistema dejará de escanear nuevos vídeos en un plazo de 24 horas. YouTube asegura que no almacenará de forma permanente los datos biométricos de los usuarios y que el uso del sistema se limitará exclusivamente a la detección de imitaciones dentro de la plataforma.

Esta tecnología llevaba meses en fase piloto y ha sido desarrollada en colaboración con la Creative Artists Agency (CAA), una de las agencias de representación más grandes del mundo, que asesora a actores, músicos y deportistas. El objetivo de la alianza es ayudar a figuras públicas y creadores de contenido a localizar y eliminar material manipulado por IA que suplante su identidad.

El movimiento llega en un momento en que las falsificaciones digitales, conocidas como “deepfakes”, se han convertido en una amenaza creciente. Desde vídeos de políticos diciendo cosas que nunca pronunciaron hasta campañas publicitarias falsas protagonizadas por celebridades sin su aprobación, la facilidad con la que las herramientas de IA pueden recrear voces y rostros ha generado una crisis de confianza en la autenticidad del contenido digital.

YouTube no solo pretende ofrecer protección técnica, sino también apoyar un marco legal más amplio. En abril, la compañía manifestó públicamente su respaldo al NO FAKES Act, un proyecto de ley estadounidense que busca penalizar la creación o distribución de réplicas digitales no consentidas de una persona, ya sea para obtener beneficios económicos o para difundir información engañosa.

La iniciativa legislativa ha recibido apoyo de múltiples sectores, desde sindicatos de actores hasta asociaciones de derechos digitales, y se espera que siente las bases para una regulación más clara sobre la identidad en la era de la inteligencia artificial.

Con esta nueva herramienta, YouTube da un paso decisivo para blindar la integridad de los creadores en su plataforma, un entorno donde cada día se suben más de 500 horas de vídeo por minuto. Sin embargo, la eficacia de la medida dependerá de la rapidez con la que pueda identificar imitaciones y del equilibrio entre la privacidad de los usuarios y la libertad de creación. En un panorama digital donde lo real y lo artificial se confunden con facilidad, proteger el derecho a la identidad se ha convertido en uno de los mayores desafíos tecnológicos y éticos del presente.